Presentación
Antes de nada, me gustaría darte las gracias por apartar parte de tu tiempo en leer esto. Me gustaría darte mi más sincera bienvenida a mi primer blog: El Teatro Musical o la Nueva Comedia.
En este blog me gustaría compartir con vosotros la que quizá sea mi mayor pasión en el mundo. No me malinterpretéis, estudiar sobre el Derecho y la Banca está bien y todo eso, pero personalmente no he conocido algo que me haga sentir más pleno y feliz que la música.
Nací en los 90, en una ciudad de la costa de Ecuador, y desde temprana edad la música formaba parte integral de la vida cotidiana de las personas. Desde que puedo recordar, mi madre me cantaba baladas de Whitney Houston o nanas para dormir, contándome de sus años en un coro de chicas, con esa voz tan aniñada que aún a día de hoy conserva.
La radio, la gente en la calle, la televisión, todos ellos escaparate de un sinfín de ritmos latinos, cumbias y demás.
Recuerdo cantar para mi abuela con tubos de laca a modo de micrófono, conciertos con mis peluches y mi hermano pequeño como espectadores.
Cuando tenía 8 años empecé de manera autodidacta a tocar un teclado que mi Tío dejó en su casa tras irse a vivir a España (años después mi familia y yo nos mudaríamos también a Madrid). Con 13 años mi madre insistió en que era buena idea aprender a tocar un instrumento de una forma más guiada, así que me apuntó a clases de guitarra. Fue un verano tan divertido como corto (''Then I was young and unafraid, and dreams were made and used and wasted''). Fue a partir de ahí cuando empecé a darme cuenta que la música no sólo era algo de lo que disfrutar, sino algo maravilloso con lo que hacer disfrutar a los demás. Por fin tenía tema de conversación en las fiestas a las que empezaban a invitarme, por fin podía hablar de algo e incluso superar la timidez y cantarles alguna que otra canción acompañándome de la guitarra.
Al cumplir 16 años me apunté a un grupo de coro del pueblo por el que residía en aquel entonces. Un par de buenas amigas me convencieron. Me daba una vergüenza enorme. De no ser por su insistencia jamás me lo habría siquiera planteado. Es más, en aquella época apenas me planteaba otra cosa que no fuese pasarme la tarde en casa estudiando (niño burbuja 100%).
El primer día de coro fue tan divertido que permanecí un año entero en aquella escuela de música (2º de Bachillerato me prohibió hacer otra cosa, aunque en retrospectiva considero que nada me habría pasado por seguir un poco más). De todas las canciones que interpretamos, una de ellas la recordaré siempre con mucho cariño, el clásico de Leonard Cohen de 1984, ''Hallelujah''. La voz de Teresa y Estefa, dos absolutas sirenas, era suficiente para tocarte la fibra y era muy difícil no dejar escapar alguna que otra lágrima en los ensayos. Por otro lado, la letra es...¿qué os puedo decir? La letra es la que es.
6 años, dos carreras e infinitas horas dedicadas al estudio. No habría podido sobrellevarlos de no ser por el escape que me proporcionaba la música durante los descansos. En concreto, una serie muy popular en aquella época (de la que os hablaré en otra ocasión) me marcó mucho para abrazar la música como una afición, y me dio ese empujoncito para apuntarme nuevamente a una escuela de música, esta vez con un objetivo en mira: La Representación de un Musical.
Finalmente decidí que ya había dedicado más que suficiente tiempo a ser disciplinado (esto lo apliqué también a otros muchos aspectos de mi vida) y me apunté.
Ahora, tras dos años de ensayos y a punto de representar la obra, dedicaré mis próximas publicaciones al auténtico viaje que esto ha supuesto, la montaña rusa de emociones y el balance final.
Ahora, tras dos años de ensayos y a punto de representar la obra, dedicaré mis próximas publicaciones al auténtico viaje que esto ha supuesto, la montaña rusa de emociones y el balance final.
A qué serie/musical te refieres, amigo?
ResponderEliminarHola! Se trata de Glee, una serie de Ryan Murphy que duró 5 temporadas entre 2009-2015.
EliminarEn un próximo post os hablaré de ella :)